lunes, 17 de septiembre de 2007

El racismo y la estigmatización del otro

"La naturaleza humana ha creado diferencias, esas diferencias la sociedad las ha convertido en desigualdades"
Tahar Ben Jelloun



Cuando hablamos de racismo, nos referimos básicamente a la creencia en que un grupo humano es intelectual, psicológica o culturalmente inferior a otros. Este grupo percibido como inferior ha sido identificado a partir de ciertas características visibles en el fenotipo o en la cultura, que se generalizan como marcas de ese grupo y se interpretan como naturales y hereditarias.

Como en todo proceso relacional, esto trae aparejado la existencia del otro polo, el del sector de la sociedad que construye estas percepciones y se considera superior. Esta idea también se conforma con el intento de naturalizar y fijar las diferencias asociándolas a ciertos factores hereditarios. El grupo racista pretende sostener una supuesta “superioridad” sobre otros grupos humanos, la que tiene como base, por un lado es establecimiento de un orden jerárquico que incluye las distintas “razas”, clasificándolas algunas como superiores y otras como inferiores, y por otro lado, en la ilusión de conservar una presunta “pureza de raza” al percibir la mezcla, el contacto y el intercambio intergrupal como una mal a evitar.

El problema del racismo no se agota en este aspecto, no es sólo una cuestión de opiniones o preconceptos, abarca también maneras de actuar y tratar a los “otros”, sobre la base de estas creencias. Además, la supuesta “superioridad”, constituida por rasgos físicos, intelectuales, morales y/o culturales, ha posibilitado el enmascaramiento y la justificación de diferentes situaciones de marginación, discriminación, dominación y despojo registradas en diferentes etapas históricas.

La aparición y vigencia del racismo es una cuestión de relaciones de poder entre grupos.

El racismo es un fenómeno histórico social, por ello es necesario abordarlo en términos de relaciones sociales y simbólicas. Así como también hay que analizarlo no sólo como un comportamiento sino al mismo tiempo a partir de las consecuencias que esto acarrea en el interior del grupo sobre el cual se construyen los prejuicios y se desarrollan las prácticas discriminatorias y/o excluyentes.


FUENTE: Apertura a la Antropología, Maria Cristina Chiriguini (compiladora), Proyecto Editorial, Buenos Aires, 2006.


PROXIMO: El racismo es un problema social e histórico.


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