lunes, 20 de julio de 2009

La niebla..

Domingo 32 de otoño, antes del viaje, la niebla.
La niebla lo invade todo, este cuarto que no eligió, este mundo que no es el suyo y estos ojos desconocidos que la miran, que la buscan y que aseguran conocerla.
Acá la niebla, más allá también la niebla sobre sus manos viejas como de piel de papel
sobre los huesos de antiguo barro valiente todavía caminante.
En medio de toda esa niebla, ella, ella de espalda a las ventanas herrumbradas de su presente baldío, de frente al abismo de todo su pasado, al velatorio continuo de sus memorias desvencijadas, famélicas, suicidas.
A veces un sorbo de sol tibio la separa de la niebla es la lucidez con vida de mariposa con dos segundos, desesperada, heroica, consigue traer de nuevo a sus pares juntar nombres con rostros y revivir un domingo hecho del tiempo que su amor estaba siempre vivo, en donde siempre hay un baile, donde siempre hay risas y donde siempre es feliz como era.
Un instante más y la mariposa caerá aplastada bajo el plomo implacable de una niebla invisible beso su mejilla ahora y calculablemente distante.
Ella pregunta ¿Quién soy? La niebla otra vez lo invade todo...



Solita en un rincón
de un tiempo que murió
hace algún tiempo atrás
sin horas ni reloj.

Ausente en ese vals
de cínico compás
bailando en un montón
de niebla y soledad.

Y yo no sé
no sé como llegar
y solo sé
tan sólo se cantar.

Y agradecer
que puedo recordar
tus caricias piel de sol
y terciopelo.

Perdida entre tu piel
se ríe tu niñez
se ríe y vos te vas
te abrazo donde estés.

Y yo no sé
no sé como llegar
y solo sé
tan sólo se cantar.

Y agradecer
que pude disfrutar
de tus mimos
de budín y caramelo.


Será cuestión entonces de tener el alma liviana y limpia.
Prontos nuestros puntapies de niños traicionados,
prontas nuestras mejores ropas y nuestras peores blasfemias.
De tener enterados a nuestros huesos y a nuestras nostalgias,
intactos nuestros sueños de alas,
alguna ventana abierta
y estas ganas locas de estar bien vivos para la hora que nos toque morirnos.


(La niebla, Agarrate Catalina)