viernes, 9 de mayo de 2008

Un cuento. Para vos, de mi.

Bárbaro, hablemos de los unicornios.

Había una vez un unicornio que quería ser centauro (?), pero no sabia lo que era ser centauro, solo el gustaba mucho la palabra, y decía “Por qué no nací centauro?”

(KAKI: Me gustan más los unicornios que los centauros. No son más lindos?)

(YO: A mi también)

Pero el unicornio se empeñaba en ser centauro y no sabía que era más lindo ser unicornio.

El caso es que la mamá le decía: “vos sos mucho más bello que los centauros”, pero el pequeño unicornio se empeñaba en ser algo que no era.

Resulta que un día decidió alejarse de su hogar porque ya no aguantaba más ser unicornio y empezó a galopar(?), o caminar, como sea...

Se adentró en los bosques y se perdió. Se hizo de noche, no sabía qué hacer. Empezó a extrañar, pero siempre se decía a si mismo:

"siendo unicornio no soy feliz, yo quiero ser centauro, esto es lo mejor que me podría pasar".

En el medio de la noche encontró una casita alejada en el bosque

y fue hacia allá. Allí vivía un mago (no era Merlín), se llamaba Polonio.

El unicornio, muy tímidamente se acercó a la puerta, tocó, dio tres golpecitos tímidos y suaves.

(YO: Me estas leyendo no??? 44)

(KAKI: Todo, lo estas inventando? o ya lo sabias?)

(YO: Si lo estoy inventando, así que no se cómo va a terminar)

A su encuentro, salió Polonio, que le dijo: "Yo se que buscas, yo se que quieres ser, yo te lo puedo dar, y además te puedo dar una oportunidad de arrepentirte y volver a ser quien eres, pero sólo si me vuelves a encontrar".

El unicornio no lo pensó ni siquiera, porque sabía lo que quería, estaba seguro de ello. Y entornes sabía que no se iba a arrepentir.

Había escuchado la historia de Polonio. Polonio eran un mago que nunca era de ningún lugar. Si se aparecía su hogar frente a vos y vos tenias un deseo, el lo concedía, pero cuando volvías al mismo lugar a pedir otro ya no estaba más allí.

Entonces sin titubear más, le dijo a Polonio: “Quiero ser centauro.”

(Creo que el centauro es un animal mitológico mitad hombre mitad caballo)

Polonio le dijo: “Tus deseos serán concedidos, pero ya sabes, que si te arrepientes, debes buscarme porque no voy a estar aquí.”

Lo convirtió en centauro. Al principio se sentía raro, no se amoldaba.

Al caer la noche y amanecer, emprendió su regreso. Volvía a su aldea, a mostrar a todo el mundo su nueva figura. Volvía a conquistar a las unicornias(?) que nunca se había animado a encarar. En realidad a una sola, su corazón pertenecía a Romelia, la más linda unicornia de todo el mundo.

Bueno, volvió al galope, aunque tropezando cada instante. No se podía acostumbrar a esas nuevas piernas.

Cuando llego a la aldea, todo el mundo que allí estaba, comenzó a dar gritos, a correr. Él no entendía por qué, fue a su casa y entró sin preguntar, su mamá estaba allí, asustada. Comenzó a huir, fue a lo de Romelia y lo mismo. Él no entendía que sucedía, no entendía porque la gente le huía. Claro, nunca se había visto, nunca había visto su horroroso reflejo.

Sin comprender todavía, decidió marcharse, en su camino se topó con un lago cristalino. En ese lago vio su reflejo y se espantó, nunca más quiso verse. Claro, él no sabía lo que era un centauro y sin saberlo anhelaba serlo.

La única solución era encontrar a Polonio, para que revierta el hechizo. Volvió al sitio horas después, pero como era de suponerse, Polonio ya no estaba allí. Entonces se tiró en el pasto, dispuesto a dejarse morir. Así pasaron años, donde muerto en vida, vagó por el mundo.

Una noche, en un bosque, después de esconderse del mundo toda su vida prácticamente, su corazón dejo de latir y emprendió otro viaje. No era una luz, no era una escalera. Era un viaje , cuyo sendero tenía rosas, de las más hermosas pero con espinas, las más puntiagudas.

De pronto, de uno de los rosales escuchó un ruido. Sin pensarlo se metió, porque claro, ya nada le importaba, lastimarse o no, era lo mismo, ese cuerpo no era el suyo. Vio una casa, detrás de los rosales. Era muy familiar. Se acercó, tocó otra vez, sus golpecitos tímidos y suaves. Abrió Polonio. “Me encontraste, no creí que iba a volver a verte, ¿qué vas a pedir esta vez?, ¿o vienes arrepentido?"

No le salían las palabras a este unicornio-centauro. Sólo lágrimas brotaban de sus ojos. Polonio acercó su mano para secarlas y de pronto, un remolino de viento los atrapó. Cuando pudo darse cuenta, despertó, en aquel bosque donde había dejado de latir su corazón.

(KAKI: Jime, te amo.)

(YO: No terminó eh!)

Se levantó, un poco mas viejo que aquella vez.

(KAKI: No importa, quería decirte que te amo)

Pero tenía otras ganas, esas que nunca había tenido. Y, ¿qué hizo?. Empezó a caminar, mucho, estuvo días caminando, hasta que se encontró frente a su pueblo. Un miedo lo invadía, todos iban a correr cuando el se acercara, pero tuvo fuerzas. Esta vez quería decir: “Soy yo, en otro cuerpo pero soy yo.”

A la primera persona que visitó, fue a su madre. Tocó la puerta y ella abrió, muy viejita pero lo reconoció. Lo abrazó (no se cómo se abrazan estos animales, pero supongamos que le dio afecto). Él no entendía, cómo lo había reconocido, pero no preguntó.

A la que fue a buscar más tarde fue a Romalia.

(YO: Así le había puesto de nombre???)

(KAKI: Romelia)

Romelia no contuvo sus lágrimas. Él la vio tan radiante y hermosa como siempre. Y ella lo besó (si si, estos animales se besan también). No encontraba las razones pero no iba a preguntar. Ella lo llevó al lago, él le dijo: “No voy a ver mi reflejo, no quiero sentir nunca más ese miedo de mi”. Pero ella insistió. Cuando vio su reflejo encontró a un viejo unicornio y no podía creerlo.

Entonces empezó a amar su condición y nunca más quiso ser quien no es.

Fin.-





Este cuento surgió recien, para mi Panqueque. Te amo amiga.